En numerosas aplicaciones industriales existe fricción entre los materiales. Cuando estos materiales son de naturaleza aislante (los plásticos en general lo son) se produce una separación de las cargas positivas y negativas, quedando cargados eléctricamente y produciendo gran cantidad de problemas en la manipulación de los mismos.
Como ejemplos típicos podríamos citar las operaciones de fabricación de bolsas, laminación, revestimiento, laminado, ranurado y rebobinado. En las operaciones de envasado como: etiquetado de botellas, línea de transporte de botellas, rellenado de polvo, etiquetas RFID, formado, llenado y cerrado de envases en vertical. En la industria textil, sobre todo en operaciones de cardado, urdido y rame y maquinaria de plegado de ropa de lavandería. Y otras como laminación de tablero, balanzas de peso electrónicas sensibles, platos alimentadores vibrantes, etc.
En estos casos es posible eliminar la electricidad estática mediante la generación de iones, que neutralizarán las cargas de los materiales. Se emplean para ello barras ionizantes, sopladores ionizantes, toberas y pistolas ionizantes, cortinas de aire ionizantes… para cada problema existe una solución específica.
Además, es posible medir en todo momento cual es el nivel de electricidad estática y ajustar la producción de iones a las necesidades de cada instante. Existen muchos factores que pueden producir una variación en las cargas, como la humedad del aire, el clima, la velocidad del proceso, el material… incluso la hora del día.