El aire comprimido desde que se produce hasta que se utiliza pasa por los siguientes pasos que componen la cadena del aire comprimido:
En cada uno de ellos se pueden encontrar oportunidades para ahorrar:
- Uso de motores de alta eficiencia.
- Uso de motores de velocidad variable.
Elección apropiada del tipo de compresor, según los usos finales,
- Mejora de la tecnología del compresor, particularmente en los compresores multietapa.
- Uso de sistemas de control continuo.
- Recuperación del calor para su uso en otras funciones.
- Reducción de las pérdidas de presión y energía en la refrigeración, secado y filtración.
- Optimización del filtrado y secado según las necesidades del usuario y las condiciones de temperatura.
- Reducción de pérdidas de presión por fricción en las redes.
- Reducción de pérdidas de carga por diseño inapropiado.
- Reducción de fugas.
- Dispositivos más eficientes y mejor adaptados.
- Formación de los usuarios y concienciación acerca del coste de esta energía.
Y en general:
- Buen diseño general del sistema, incluyendo sistemas de múltiples presiones,
- Medición y seguimiento del rendimiento de la instalación.
Todas las medidas técnicas expuestas tienen un retorno inferior a 36 meses.
Las medidas de ahorro más importantes son:
– Operación y mantenimiento del sistema: reducción de fugas y mantenimiento correcto de filtros.
– Mejor diseño del sistema: incluyendo selección de la presión óptima, controles del compresor, uso de motores de velocidad variable, topología de líneas de aire.
– Recuperación de las pérdidas por calor, que supone un asunto de diseño, relacionado con la integración del sistema de aire comprimido en su entorno industrial. No hay que olvidar que la mayor parte de la energía empleada para realizar la compresión del aire se disipa en forma de calor.